miércoles, agosto 12, 2009

Alarido de Dios, de José Miguel Vilar-Bou


Hace tres días que he terminado de leer el Alarido de Dios de José Miguel Vilar-Bou. En todos estos años no he leído un libro igual. Sï, todos sabemos que cada libro es personal y único pero suele haber algunos que te recuerdan a otros, que el estilo es muy similar al de tal o cual autor, que el tema ya se ha abordado otras veces... pero en este caso, lo único que nos suena de algo es el hecho de que los demonios estén luchando contra los humanos. Ahora bien, el ambiente humano-demoníaco es bastante distinto al que nos podemos imaginar pues el universo fantástico de Vilar-Bou se compone de ciudades actuales, con sus jardines, restaurantes, con las mismas inquietudes de hoy en día, y la guerra entre demonios y humanos no es una guerra de hechizos y conjuros sino una guerra de las de verdad, de las de sangre y exterminio, máxime cuando José Miguel pone en escena la figura del "Daagon", una especie de dragón venido a menos que ha sido modificado genéticamente y que sólo sirve para ser transportado de un lugar a otro tanto por demonios como por humanos para incendiar todo lo que encuentra.
Con un lenguaje preciso, bien buscado, y mejor encontrado, en el que el lenguaje vulgar, hosco, afilado, da paso al poético en una extraña simbiosis, nos conduce el autor por el camino que siguen Vervoék y Dedekáer desde las tierras del Sur, a las que pertenecen, hasta las temibles tierras del Norte, las de los desterrados, para pedirles ayuda en la lucha contra los demonios, y de paso recuperar la mano de Ü. Vervoék, el llamado Puñal de Ü, y Dedekáer, el diplomático, el del don de la palabra pero que lleva espada (un lujo al que muy pocos tienen derecho) emprenderán el viaje más crudo, extraño e impredecible de sus vidas, un viaje regado por el Ajiakr que les ayudará a combatir tanto el sufrimiento físico por las heladas temperaturas como el espiritual.
Aunque algunas escenas de violencia se me han hecho insufribles o casi ilegibles por su crudeza, las alrededor de 400 páginas las he devorado en muy poco tiempo, y yo soy de las que deja los libros si a las 20 no me ha enganchado. Con esto creo que sobran palabras.

2 comentarios:

Annabel Villar dijo...

Excelente reseña de Cristina que invita a la lectura de "El alarido de Dios" aunque uno no sea un asiduo lector de literatura fantástica.
Enhorabuena al autor y a la crítica.

Polkium dijo...

Estoy totalmente de acuerdo. A mi me pareció una obra de arte.