Cortinas de humo opaco, sabanas deslucidas del insomnio, aguas grises solidificadas, prietos aires sombríos, tapan la frágil estría del pasado. Los recuerdos mustios luchan contra las mareas de tierra mezquina que quieren ahogarles con el peso del olvido, la costra de la marchita indiferencia y las escaras blanquecinas de la senectud. La querella tétrica del pasado se disipa en unos lodos ennegrecidos que absorben las ligeras reminiscencias del quebradizo raciocinio tambaleante.
Un velo negro encierra su rostro apagado. Su mirada prieta Se pierde en el claro _ oscuro del anochecer. Sus ojos abatidos están secos de tanto llorar. Las lágrimas punzantes surcan aún más su rostro agrietado. Sus manos rasposas como la arena del desierto, acarician al único hijo que le queda. Sin él, se dejaría morir de dolor bajo las bombas asesinas que aniquilan a niños, hombres, mujeres. La memoria se pierde entre los estallidos de la contienda mientras las estampidas de los proyectiles desgarran el cielo turbio del anochecer y el alma de la madre sin rostro.
La forma de querer tú es dejarme que te quiera. El sí con que te me rindes es el silencio. Tus besos son ofrecerme los labios para que los bese yo. Jamás palabras, abrazos, me dirán que tú existías, que me quisiste: Jamás. Me lo dicen hojas blancas, mapas, augurios, teléfonos; tú, no. Y estoy abrazado a ti sin preguntarte, de miedo a que no sea verdad que tú vives y me quieres. Y estoy abrazado a ti sin mirar y sin tocarte. No vaya a ser que descubra con preguntas, con caricias, esa soledad inmensa de quererte sólo yo.
Perdóname por ir así buscándote tan torpemente, dentro de ti. Perdóname el dolor alguna vez. Es que quiero sacar de ti tu mejor tú. Ese que no te viste y que yo veo, nadador por tu fondo, preciosísimo. Y cogerlo y tenerlo yo en lo alto como tiene el árbol la luz última que le ha encontrado al sol. Y entonces tú en su busca vendrías, a lo alto. Para llegar a él subida sobre ti, como te quiero, tocando ya tan sólo a tu pasado con las puntas rosadas de tus pies, en tensión todo el cuerpo, ya ascendiendo de ti a ti misma. Y que a mi amor entonces le conteste la nueva criatura que tú eres.
El otro día estuve viendo "El Paciente Inglés". Me parece una película formidable, y las citas de la película son dignas de recordar. Me quedo con estas, por ejemplo:
" Las traiciones durante la guerra resultan infantiles comparadas con nuestras traiciones en tiempos de paz. Los amantes, primero se muestran nerviosos y tiernos hasta que lo hacen todo añicos, porque el corazón es un órgano de fuego "
7 comentarios:
Una bandera es sólo un territorio
para el dolor.
La tela ensangrentada no es regazo,
solo da pena.
Es una lacerante excusa
llena de muertos.
PASADO
Cortinas de humo opaco,
sabanas deslucidas del insomnio,
aguas grises solidificadas,
prietos aires sombríos,
tapan la frágil estría del pasado.
Los recuerdos mustios luchan
contra las mareas de tierra mezquina
que quieren ahogarles con el peso del olvido,
la costra de la marchita indiferencia
y las escaras blanquecinas de la senectud.
La querella tétrica del pasado
se disipa en unos lodos ennegrecidos
que absorben las ligeras reminiscencias
del quebradizo raciocinio tambaleante.
Harmonie
UN VELO NEGRO
Un velo negro
encierra su rostro apagado.
Su mirada prieta
Se pierde en el claro _ oscuro del anochecer.
Sus ojos abatidos
están secos de tanto llorar.
Las lágrimas punzantes
surcan aún más su rostro agrietado.
Sus manos rasposas
como la arena del desierto,
acarician al único hijo que le queda.
Sin él, se dejaría morir de dolor
bajo las bombas asesinas
que aniquilan a niños, hombres, mujeres.
La memoria se pierde entre los estallidos de la contienda
mientras las estampidas de los proyectiles
desgarran el cielo turbio del anochecer
y el alma de la madre sin rostro.
Harmonie
Nada es tan fácil como parece, todo requiere más tiempo del que el que uno espera y las cosas te irán peor en el peor momento posible.
Murphy
LA FORMA DE QUERER TÚ
La forma de querer tú
es dejarme que te quiera.
El sí con que te me rindes
es el silencio. Tus besos
son ofrecerme los labios
para que los bese yo.
Jamás palabras, abrazos,
me dirán que tú existías,
que me quisiste: Jamás.
Me lo dicen hojas blancas,
mapas, augurios, teléfonos;
tú, no.
Y estoy abrazado a ti
sin preguntarte, de miedo
a que no sea verdad
que tú vives y me quieres.
Y estoy abrazado a ti
sin mirar y sin tocarte.
No vaya a ser que descubra
con preguntas, con caricias,
esa soledad inmensa
de quererte sólo yo.
Autor: Pedro Salinas.
PERDÓNAME POR IR ASÍ BUSCÁNDOTE...
Perdóname por ir así buscándote
tan torpemente, dentro
de ti.
Perdóname el dolor alguna vez.
Es que quiero sacar
de ti tu mejor tú.
Ese que no te viste y que yo veo,
nadador por tu fondo, preciosísimo.
Y cogerlo
y tenerlo yo en lo alto como tiene
el árbol la luz última
que le ha encontrado al sol.
Y entonces tú
en su busca vendrías, a lo alto.
Para llegar a él
subida sobre ti, como te quiero,
tocando ya tan sólo a tu pasado
con las puntas rosadas de tus pies,
en tensión todo el cuerpo, ya ascendiendo
de ti a ti misma.
Y que a mi amor entonces le conteste
la nueva criatura que tú eres.
Autor: Pedro Salinas
El otro día estuve viendo "El Paciente Inglés". Me parece una película formidable, y las citas de la película son dignas de recordar. Me quedo con estas, por ejemplo:
" Las traiciones durante la guerra resultan infantiles comparadas con nuestras traiciones en tiempos de paz. Los amantes, primero se muestran nerviosos y tiernos hasta que lo hacen todo añicos, porque el corazón es un órgano de fuego "
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